Paloma Lemonche, Consultora en Gestión Estratégica de Responsabilidad Social Empresarial y Socia Directora de Acción49, de España, será una de las panelistas destacadas de la próxima Jornada “RSE: Tendencias e Integración de la Cadena de Valor” que organizan VALOR y el CNCPS.
El 11 de mayo, además, ofrecerá una Conferencia titulada: “Oportunidades y desafíos de la gestión sostenible de la cadena de valor”.
En la nota, Lemonche opina sobre los grandes temas que están hoy en la agenda de la sustentabilidad y explica los mayores desafíos y oportunidades que enfrentan las empresas en la alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Cómo definiría su trabajo?
Me considero alguien que acompaña a las empresas en su búsqueda de la sostenibilidad. Mi labor es entender el contexto y la situación particular en la que se encuentra una empresa, así como sus intereses y las expectativas de sus partes interesadas. Y, desde ahí, aportar mis conocimientos en herramientas de gestión de RSE para elaborar y desarrollar con sus directivos y empleados los planes de mejora más adecuados. Cuando las necesidades de la empresa son de una cierta envergadura, creo equipos de consultores especializados con los que desarrollamos los proyectos acordados.
¿Cuáles son hoy los grandes temas en la Agenda de la Sustentabilidad?
Hay muchos y diversos; y todos ellos, de una u otra manera, reflejan las demandas de nuestra sociedad global. Desde 2015 los tenemos muy bien estructurados en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. La Agenda 2030 interpela a todos los agentes: Gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil, organismos intergubernamentales, etc. Cada uno, desde su responsabilidad y sus capacidades debe participar en el proceso de alcanzar las metas de consenso que se recogen en esa agenda.
¿Qué retos y oportunidades identifica con respecto a la gestión sustentable de la cadena de valor? ¿Y con relación a las compras sostenibles?
Para mí, el gran reto es hacer social y ambientalmente sostenible un sistema económico global, ya muy consolidado, edificado originalmente sin unas reglas consensuadas por todas las partes afectadas y sin criterios de sustentabilidad. Podemos imaginar un sistema ideal, en el que se respeten los intereses de todas las partes, se controlen los impactos ambientales y se produzcan las transacciones económicas siempre sobre reglas de ética y equidad, pero ese no es el sistema que tenemos. El reto hoy es identificar los problemas derivados de un sistema tremendamente complejo, apoyado en cadenas de valor muy largas y dispersas, con grandes desigualdades que conllevan altos riesgos de vulneraciones de los derechos humanos, y con unos impactos sociales y ambientales que deben ser visibilizados y abordados. Por otro lado, abordar estos riesgos también abre el camino a grandes oportunidades. Entender los aspectos clave de la sostenibilidad y saber cómo abordarlos abre un campo enorme de oportunidades de mejora para nuestra sociedad.
Si nos centramos en la función de compras, la gestión responsable de la cadena de proveedores es clave para desarrollar y afianzar el negocio a través de un proceso ordenado de gestión de riesgos y oportunidades ligado al proceso de aprovisionamiento. La empresa no es un ente aislado, sino que es un agente dentro de su cadena de valor, que interactúa con otras empresas y organismos para conseguir la sostenibilidad del proceso de suministro de bienes y servicios a los mercados; las compras sostenibles son una función vital en todo este proceso.
¿Cuáles son los mayores desafíos y oportunidades que enfrentan las empresas en la alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son la verdadera oportunidad. Hasta ahora, la búsqueda de asuntos relevantes para la elaboración de las estrategias de RSE de las empresas se hacía de manera más o menos descoordinada. Ahora hay una hoja de ruta común, que son los ODS. Lo que las empresas tienen que hacer (y están haciendo ya de manera muy interesante las empresas pioneras) es mirarse en el espejo de los ODS y entender cuáles son aquéllos que desean priorizar por ser los más afines a su actividad, su entorno de operación y sus compromisos responsables con sus partes interesadas.
El reto es no quedarse en la superficie, aterrizar esos objetivos en su campo de actuación, establecer sus propios planes de mejora e indicadores de medida, y ser capaces de medir los progresos. Esta última parte es la más complicada, pero es crucial para asegurar que los ODS pueden ser alcanzados con la contribución de cada agente implicado.
¿Qué expectativas tiene acerca de la Jornada de RSE en la cadena de valor organizada por la AMIA?
Me siento muy honrada por haber sido invitada tan gentilmente por la organización de esta Jornada, que considero un referente mundial en la materia, especialmente entre los países de habla hispana. Vengo a Buenos Aires a aprender y a compartir; a conocer otra visión de la RSE y la sustentabilidad, desde fuera de mi entorno próximo de España y Europa. Seguro que me aporta muchísimo. Y si yo puedo aportar igualmente algo interesante de cómo lo vemos desde este lado del Atlántico, quedaré muy satisfecha.
Más información sobre la Jornada:
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